DIETAS Y BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS
Mucho cuidado con las dietas milagro y los planes exprés porque hay estudios demuestran que no funcionan y que, además, pueden efectos negativos para ti. Es mucho mejor cambiar tus hábitos alimenticios y te enseñamos algunos trucos para conseguirlo. Hay dos fechas en el calendario que suponen el pistoletazo de salida de las dietas milagro, las Navidades y el verano. De golpe y porrazo, nos entregamos a todo tipo de fórmulas para perder peso: palizas en el gimnasio, dietas de nombres estrambóticos, productos cosméticos que prometen multiplicar nuestros esfuerzos adelgazantes, masajes reductores y técnicas de estética casi de ciencia ficción. Pero lo datos disponibles a raíz de diferentes estudios científicos realizados son rotundos: el 42% de las dietas que utilizamos para perder peso son poco saludables. Y los datos siguen: seis de cada diez personas no terminan la dieta que han empezado, el 70% lo hace a causa de sus efectos adversos; y de las que sí lo acaban el 70% son víctima del conocido efecto yoyó y recuperan pronto los kilos perdidos. Además, sólo la mitad de las personas que se someten estas “operaciones bikini” simultanean la dieta con la práctica de algún tipo de ejercicio.
CREANDO BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS
Es mucho más efectivo, mucho más sano y menos restrictivo y, desde luego, más barato cambiar tus hábitos alimenticios para siempre. Y tampoco es difícil si conoces bien cuáles son los mecanismos de tu cerebro que están asociados, en este caso, con una alimentación inadecuada. Los especialistas dicen que hasta el 40% de nuestros actos son inconscientes así que el primer paso para cambiar patrones negativos es elevarlos a la conciencia y ver qué elementos se repiten para que se produzcan.
A veces cambiar tan solo uno de esos elementos nos permite resetearnos para tener patrones de comportamiento mucho más beneficiosos para nosotros mismos. Por ejemplo, si todos los días comes en la oficina sentado en tu mesa, cambia de localización. Acercarte a un parque cercano si hace buen tiempo te facilitará cambiar de hábitos y te será mucho más fácil comer sano. Cambiar de restaurante también ayuda a cambiar de menú. Eso sí, según los estudios se necesitan 21 días para que un cambio se asiente en nuestro cerebro así que sé paciente y constante.
EL CARRITO DE LA COMPRA
También debes hacer ciertos cambios en momento de hacer la compra porque el súper puede ser letal para tus buenas resoluciones. Para empezar, estos establecimientos tienen miles de trucos para hacerte comprar cosas que no querías, desde la disposición de los productos hasta la música que suena en el local y que, al estar acompasada con los latidos de tu corazón, te hacen quedarte más tiempo en él del que tenías planeado. Así que, lleva una lista detallada de lo que vas a comprar y ajústate a ella. Prioriza los alimentos básicos y no procesados, y resiste la tentación de los expositores que hay junto a las cajas. Y si nada de esto funciona, ¡haz la compra por internet! Un estudio sobre consumo realizado por e Digital Research señala que tan solo un 7% de los compradores por internet actúan por impulso, comparado con un 29% cuando se compra en tienda.
EVITA LOS MENÚS Y LAS OFERTAS
También las bebidas tienen su truco ¿Te has fijado que se suelen ofrecer tres tamaños de bebidas? ¿Y que suelen tener nombres enigmáticos para que esté muy claro cómo son de grandes? Ante este dilema, la mayoría elegimos instintivamente la opción del medio porque parece la más segura. Esto se conoce como “aversión a los extremos” o la “regla de tres”. Los restaurantes la utilizan para vender más, y lo que hacen es que la bebida mediana sea moderadamente más grande (y más cara), así que elige siempre la bebida pequeña, tu cintura te lo agradecerá.
Son otro de los inventos para que comas más de lo que pensabas. En el caso de los restaurantes convencionales, esto significa comerse dos platos o un postre, por ejemplo, cuando normalmente no lo haces; en el de los restaurantes de comida rápida te incentiva a pedir el menú XXL por unos céntimos más. Te hacen sentir como si tiraras el dinero por no aprovechar menús y ofertas pero tiene truqui: los restaurantes suben deliberadamente los precios de carta para que los menús parezcan un chollo y caigas.
MÁNTENTE FIRME
Los estudios demuestran que resistirse a algo que te intenta persuadir de pensar o actuar de forma distinta de lo habitual te reafirma en tu postura original, haciendo que sea mucho más difícil tentarte en el futuro. Así que la próxima vez que te tiente la comida basura haz un ejercicio consciente de evitarla, así te será mucho más fácil resistirte a ella en el futuro y tus hábitos alimenticios saludables se verán reforzados.