1. Abrir los hombros con la ayuda de un bloque
Desde la posición de rodillas, coloca el bloque frente a ti,a la distancia del ancho de dos bloques,
y pon los codos sobre él.
Presiona las manos juntas en posición de oración,
y a continuación relaja la cabeza.
Permanece en la postura al menos 10 respiraciones profundas.
2. El pez con apoyo
En la posición de sentado, coloca un bloque a en la altura media
o alta detrás de ti, debajo de los omóplatos,
y pon otro bloque en la distancia donde caerá tu cabeza,
en forma de almohada. Si esta altura no te viene bien para tu espalda,
puedes usar una altura menor del bloque.
Permite que tu cuerpo descanse suavemente sobre los bloques,
ajustando la postura hasta que te sientas cómoda.
con los brazos apoyados a ambos lados.
Permanece en la postura al menos 5 respiraciones profundas.
3. Postura de la cara de vaca (brazos)
Desde la postura arrodillada, estira tu brazo derecho hacia el techo,
dobla el codo derecho y baja la mano poniéndola entre los omóplatos.
Con tu mano izquierda, mueve tu codo derecho de forma que puedas profundizar
en la apertura del hombro (¡sin empujar!)
Si te resulta fácil cerrar la postura, pon tu brazo izquierdo hacia abajo,
dobla el codo y acerca tu mano izquierda hasta el centro de la espalda,
agarrando la mano derecha.
Permanece en la postura durante 5 respiraciones profundas.
Ten cuidado que el brazo que está arriba no haga presión en el cuello.
Cuando termines, realiza la postura con el brazo izquierdo arriba.
4. Inclinación hacia delante de pie con apertura de hombros
Estando de pie, junta las manos detrás del sacro,
suavizando las rodillas y dobla tu cuerpo hacia delante.
Permanece en la postura durante 10 respiraciones profundas.
5. Torsión sentada
Siéntate con las piernas extendidas frente a ti.
Dobla la rodilla derecha
y coloca el pie derecha en a parte exterior de la rodilla izquierda.
Puedes mantener la pierna izquierda extendida
o doblarla como en la imagen.
Abraza la pierna derecha con el brazo izquierdo,
y coloca la mano derecha en el suelo detrás del sacro.
Mantén la postura durante 5 respiraciones profundas,
y luego repite por el otro lado.
6. Apertura de hombros en la pared
Coloca los antebrazos apoyados en la pared,
con los codos separados al ancho de los hombros.
Da unos pasos detrás y permite que tu cabeza descanse entre tus brazos.
Mantén la postura durante 5 respiraciones profundas.
7. Enhebrar la aguja
Desde la postura de cuatro patas, desliza tu brazo derecho por debajo de tu cuerpo,
permitiendo que tu hombro derecho se relaje en el suelo.
La mano izquierda puede permanecer donde está,
o moverla un poco hacia delante, cmo en la imagen.
Mantén la postura durante 10 respiraciones profundas,
y repite luego por el otro lado.
Por último, algunas cosas que puedes mejorar
Deja de mirar hacia abajo al teléfono mientras caminas.
Esta acción hace que el cuello se estire en una postura que no es natural
y te puede producir dolor.
Cada vez que puedas, rota tus hombro hacia detrás
y abajo y mantén la espalda recta.
Una buena postura permite que el cuello esté en su lugar ideal.
Sé consciente de la postura del cuello, y mantén tu barbilla cerca.
A veces nuestra barbilla sobresale hacia adelante, como si estuviéramos buscando algo.
Esta posición es también antinatural para el cuello y puede causar tensión.
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