Reciclando bobinas
En mi tierra una bobina es una mujer atontada.
En nuestra defensa,
he de decir que al menos tenemos la delicadeza
de aplicar diminutivos a todas las palabras,
y ¡eso lo suaviza un poco!
Pues bien, las hay de todos los tamaños
y solo tenéis que haceros con una
para transformarla en cualquiera de las maravillas
que vais a ver ahora:
Como veis,
no hay excusas para no tener una mesa de comedor
o auxiliar chula…
Como dato, os cuento,
que si no tenéis la suerte de encontrarlas en las obras de la calle,
podéis recurrir a mil anuncios o wallapop,
donde la gente las vende por unos 20 euros.
Os animáis a sacar al manitas que lleváis dentro
y hacer una mesa única?
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